jueves

Parte I


Es increíble como una persona va perdiendo la inocencia poco a poco y es hasta triste ver que la relación que mantienes con alguien, puede llegarse a convertir en algo enfermizo, cuando al comenzar era tan puro y sin maldades ni deseos de apropiarte de aquella persona.

Yo vivo en una constante obsesión que no para desde los 14 años. Siento que rompí un récord al haber estado enamorada de alguien por 4 años desde que tuve 12.

Cuando mi adolescencia recién empezaba, me cambiaron de colegio a uno completamente distinto de los que conocía, este no formaba a los chicos religiosamente y tampoco les obligaba a usar un uniforme, daba muchas libertades físicas pero demasiadas restricciones ideológicas. Me sentía, los primeros días, como un completo bicho raro. Habían chicas muy bonitas y desarrolladas, yo era una pequeña de a penas 1.30 de medidas 30, 30, 35. Una flaquita estudiosa y no tan bonita, pero con un carácter fuerte y un autoestima no tan alto, pero tampoco por los suelos (como lo tenían varias de aquellas chicas bonitas). En ese entonces no me importaba cómo me veía, me preocupaba solo por las ecuaciones que no llegaba a entender, pero que gracias a un profesor ahora es mi tema favorito de matemáticas.
Los chicos no habían sido un problema para mí: no me interesaban y yo no les interesaba a ellos, era algo recíproco y no dañino, así que todos felices y contentos... hasta que me vino la regla y mis hormonas se alteraron e hicieron una fiesta con mi psiquis, lamentablemente con mi cuerpo no, porque seguía igual de plana y chiquita.
Y, pues, alguien me flechó. Sí, a los 12 años un chinito de 13 me flechó. Él estaba en segundo de secundaria, era solo un poquito más alto que yo, de pelo lacio y negro, tez clara, manos femeninas, labios no tan gruesos, voz ronca, cubierto por ropas anchas, lentes y un reloj. La verdad es que era muy idiota, él y su grupito idiotizante de amigos fueron el ejemplo más verídico de que las mujeres maduraban más rápido que los hombres; sin embargo, en ese entonces no me importaba, porque cada vez que lo veía, mis ojos solo se fijaban en él y todo alrededor desaparecía.
Un día de Octubre, una amiga me lo presentó mientras yo babeaba compulsivamente, pero claro, tenía que disimularlo, sino pensaría que podía hacer lo que quisiese conmigo y no era así, como dije anteriormente a pesar de mi corta edad yo era una chica con carácter fuerte, y por más que me gustara mucho y fuera el amor de mi adolescencia, no podría manipularme... bueno, al menos eso pensaba en ese tiempo. Se llamaba Juan.

Juan era tan idiota como sus amigos y tan perfecto a mi percepción. Yo, en ese entonces, no era una persona conversadora y rechazaba por completo quedarme a solas con alguien porque me resultaba incómodo, sin embargo con él era completamente diferente. Podíamos pasar horas de horas conversando sin que los temas se acaben, sin que las palabras sobren, podíamos desde rajar de un profesor, hasta debatir de política o realidad mundial (o lo que a esa edad era nuestra realidad). A medida que lo iba conociendo, me sorprendía más, pues el idiota que yo veía en los recreos, era en realidad una persona muy inteligente... pero, naturalmente, se refugiaba tras una careta para encajar, como todos debíamos hacerlo al tener 12 ó 13 años.

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Aclaraciones:
La historia que comenzaré a relatar a partir de hoy, tiene partes reales y partes ficticias de acuerdo a lo que yo considere necesario.
No ofenderse en caso de identificarse con alguno de los personajes, algunas afirmaciones que haga pueden ser tan verdaderas como falsas.
Por eso recomiendo leerlo solo como una historia más y no tratar de encajar. Gracias.
(Mensaje dirigido a las personas que formaron parte de mi vida desde los 12 hasta la actualidad).


Imagen:
Young Love by ~ neonNINJArawr
http://browse.deviantart.com/?q=young%20love&order=9&offset=24#/d2co0dn

Créditos para él/ella.

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